Una vez y otra vez al pasar por el monumento en el cruce de dos avenidas merlinas, era mi pregunta obligada. Así pasé por la Villa sin enterarme quién era y por qué el carrito con, lo que parecía ser basura. En la disputa por los monumentos y su sentido en estos últimos tiempos y, recordando el escrito de Ana Bertoni (*). Mi recorrido en un flashback a partir dela idea de la construcción de la argentinidad a través de monumentos, discursos, emblemas; una y otra vez me retrotrajo hacia él hasta la develación de la incógnita, preguntándome cuál sería el ejemplo a mostrarnos por los merlinos a través de ese monumento.
Andrés Bautista Arias ( Tito Batista) cuentan en las páginas de Merlo era, cuando aún no existían las radios en el pueblo, quien llevaba y traía las noticias, causeries, día tras día.Tito era la voz del pueblo, dicen por ahí, iba con su carrito levantando cosas y saludando por doquier a los merlinos y ellos a él. Un vecino que fue sinónimo de alegría y bondad. Falleció el luego de la navidad de 2014 a los 80 años y fue noticia en los medios merlinos y en la página oficial de Villa de Merlo. Su velorio duró 10 horas para que todos pudieran saludarlo por última vez.
Con su clásico carrito recorriendo las calles céntricas de la ciudad juntando los papeles y barriendo los cordones de las veredas fue uno de los principales y más queridos personajes de la ciudad.
¿Pero entonces? ¿ la argentinidad es una generalización? Transita los caminos, uno encuentra singularidades, que arraigan en la territorialidad y que construye sus personajes emblemáticos a partir de las prácticas.
(*) Bertoni, L.A.: Construir la nacionalidad: héroes, estatuas y fiestas patrias 1880-1916 en Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana, Tercera Serie, número 5, primer semestre de 1992.