La circulación de discursos de saber poder a nivel global sobre diversos temas, son de alguna manera, expresiones de relaciones de poder, una lucha donde unos ganan y otros pierden. En ese ganar y perder quedará establecido el sentido de lo que después se reproducirá a escala global como discurso, como práctica. Y también a nivel de representación. Las imágenes que he colocado son formas que expresan determinados contenidos, todas utilizadas para la conmemoración del día de la mujer.
Ahora bien, todo discurso es práctica. Esa práctica que comienza a partir de una lucha, situada históricamente, una resistencia dentro de una relación de poder que luego se producirá como "determinado acontecimiento" pero, como forma vaciada de contenido.
Remontándonos Grecia la primera lucha contra el poder de la guerra la expone Aristófanes durante la guerra del Peloponeso, a través de una mujer, en su obra Lisístrata, quien comienza una huelga sexual contra los hombres para poner fin a la guerra. Aristófanes, opositor a Sócrates, es un conservador que está en contra de las doctrinas filosóficas y a favor de los tradicionales mitos religiosos. Poner a una mujer en ese rol no es casual, ya que en esa figura está representado el poder del OYKOS y por ende la herencia, la tradición, contraria a la polis que es la ley, lo simbólico, la formalidad jurídica. Dos modos de entender la sociedad. Hay en el discurso una práctica ideológica, política.
Diversos acontecimientos a lo largo de la historia colocan a las mujeres como protagonistas políticas en las luchas por diversas reivindicaciones. Desde la Revolución Francesa hasta la Revolución de 1917. Y es en la URSS donde se produce un acontecimiento que luego será apropiado como discurso y vaciado de contenido. Es en 1917 donde, luego de la muerte de dos millones de soldados, las mujeres deciden hacer una huelga, en demanda de pan y paz, el 23 de febrero del calendario juliano (8 de marzo en el gregoriano). Criticadas por los dirigentes políticos la hacen de todas maneras. Como consecuencia a los cuatro días el zar abdica y el gobierno provisional otorga el voto a las mujeres.
¿Pero quién recuerda ese momento histórico? El acontecimiento construido es el que "conmemora", en ese día, la muerte de 146 mujeres en el incendio en la fábrica textil Cotton de Nueva York. Y en ese proceso de institucionalización y apropiación del discurso las Naciones Unidas generó la condición de posibilidad que hizo que comenzara a circular el discurso sobre el movimiento internacional de las mujeres en reivindicación de sus derechos al trabajo, a la participación política y económica. Quitando su contenido originario. Queda como una forma: Día Internacional de la mujer. Pura abstracción. Luego el contenido será puesto a partir de quién dentro de las relaciones de saber-poder tenga mayor capacidad de establecer su discurso como verdad. Hoy en Argentina este día es el vehículo de un discurso que enaltece la figura de una mandataria, ubicándola en un lugar conservador a la altura de la Lisístrata de Aristofánes y llenándolo de contenido electoralista. Lo más llamativo es que lo produzca otra mujer que en su momento se reivindicaba como una revolucionaria.
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